MIS ESCRITOS

¿Amigos  o  conocidos? Escuché a una persona decir una vez, que las amistades eran como si estuvieran en el tren de su vida,  pero una vez que bajaran de él dejarían de serlo. Algo así escuche que dijo. Yo no podría confiar en alguien con ese pensamiento.  Tengo en mi corazón un hermoso condominio, allí "viven" personas que han permanecido allí por todos estos largos años de mi vida. Algunas personas pasaron por mi lado dejando huella indeleble en mi alma sin ellas saberlo siquiera, tanto que me propuse buscarlas hasta hallarlas, sin saber si aun me recordarían, pero yo nunca pude quitarles su espacio dentro de mi.  Reconozco que por nefastas experiencias con algunas personas a quienes creí mis amigas, maltraté una que otra, pero a tiempo o a destiempo supe pedirles perdón de corazón porque nunca dejaron de estar en mis recuerdos, en mi condominio de corazón que Dios me dió (entre ellas tu Nereida, tu Yamilet, Francia, mi muy amada amiga Zulay, etc) Es...

      TAL  COMO  SOY            Tal como soy no es del agrado de algunas personas. Pero, ¿Saben qué?, por momentos a mi tampoco me gusta ser como soy,  pues me he equivocado (¿estrellado?) con personas a quienes quise de verdad, y tarde descubrir que nunca me comprendieron o quisieron golpeó duro a mi corazón.  No a todos gusta nuestra forma de ser, de actuar y/o pensar. Es de comprender, no todos somos iguales (menos mal). Consecuentemente, nos hacemos llamar hijos de Dios o cristianos, pero no podemos amarnos los unos a los otros conforme al corazón de Él, y eso por temor a salir heridos una vez más. Ciertamente, hay personas que son muy difíciles de tratar.  Se nos presenta entonces una "lucha espiritual" interna al tener que dejar a un lado nuestro yo (costumbres y el viejo "disco duro" de nuestra mente) para darle paso a lo que Dios nos dice que hagamos por y para nuestro bien y así vivir esa vida en abunda...

QUERIENDO RESPIRARTE ¿Por qué no te hemos amado Jesús para vivir tan intensamente como quisieras?. “Estoy triste hasta la muerte” dijiste cuando orabas sabiendo que se acercaba la hora de tu crucifixión. Estabas sumamente abatido por la tristeza, tus fuerzas estaban quebradas, el dolor por nosotros te mató por dentro más que el dolor de la crucifixión… Te entregaste por un mundo que no te vio como Mesías, por un mundo que no merecía tu entrega ni tu dolor, no lo merece ni merecerá jamás, pues ninguno puede ni podrá pagarte lo que has hecho por amarnos como nos amas aún. Muchos no te reconocen ni valoran como lo único que esencialmente vale la pena en nuestra vida. Si tan solo nos acercáramos un poco más para escuchar hasta tu respiración... para escuchar así con esmero lo que Tú anhelas que sepamos… Tu gran amor por nosotros… si tan solo creyésemos en ti. Un día a la vez quiero vivir mi Cristo, es lo que pido de ti, dame la fuerza para vivir un día a la vez intensamente en tu eter...