Ir al contenido principal

AGUIJÓN EN MI CARNE

AGUIJÓN  EN  MI  CARNE

Siempre tuve la curiosidad por conocer esta expresión bíblica que encontré en 2 de Corintios 12. Todos en algún momento de nuestras vidas hemos experimentado (o seguimos experimentando) nuestro propio “aguijón”. Pero  ¿que es un aguijón?, para mí es aquello que nos confronta con nosotros mismos; tal vez la consecuencia de nuestros propios errores  cometidos (consciente o inconscientemente) y que queramos o no allí están, enfrente de nosotros. Más creo firmemente que un aguijón en la carne es aquello que nos "abofetea" como dijo Pablo, aquello que de una u otra forma nos doblega, nos aflige, y nos humilla....una vez más. Es aquello que nos "baja de la nube" donde por momentos es posible que creamos estar estar, para que no se nos olvide de donde venimos y ésto para que no perdamos la brújula del camino que nos lleva hacia la Luz Admirable de nuestro Dios y Padre conforme a Su propósito en cada uno de nosotros. Este aguijón justo punza e incomoda en nuestra propia carne. Sea lo que sea, éste nos aflige y estremece. Y lo que más nos frustra es que le pedimos a Dios que nos lo quite pues nos amarga la vida y  Dios sólo responde "Bastate mi gracia", o sea, "no te lo voy a quitar pues te ayuda a reconocer que me necesitas ".
[[“Bástate mi gracia” le respondió el Señor a Pablo, y nos responde a nosotros también. “Mi gracia es suficiente. Mi gracia te basta”. Porque cuando Dios trae algo a nuestra vidas, sigue siendo un acto de su bendita y soberana gracia. Por gracia lo permite. Por gracia lo envía. Por gracia nos sostiene en medio de esas circunstancias difíciles. Por gracia obra y usa ese aguijón para nuestro bien. Por gracia está formando la imagen de su Hijo (Romanos 8:29). Su gracia es suficiente]] (ésto lo tomé de alguien). 
En mi caso en particular, tiendo a creer que no he hecho nada en mi vida que deje huellas. Me arrepiento de las tantas veces que buscaba tarde a mis hijos al colegio, viene a mi mente siempre la mirada entristecida y llorosa de mi hija mayor al verme llegar una vez tardísimo al colegio .. Eso me duele y me mata por dentro. Me arrepiento de no consultarles a mis hijos si podía regalar sus juguetes viejos a otros niños más pobres creyendo que agradaba a Dios sin darme cuenta de cómo entristecia a mis hijos tan amados por mi. Fui muy tirana y no me dí cuenta jamás. Me arrepiento de no consultar a mis niñas  como querían vestirse, o si querían que les cortase el pelo(o no)  no sabiendo cuanto afectó eso a una de ellas. No supe disfrutar a mis hijos y hoy... los extraño muchísimo...
Ya no quisiera recordar eso. Pero no puedo.
Tal como soy, así me recogió el Señor.... menos mal. Pero siento que no fui todo lo buena madre que tal vez ellos hubiesen querido que yo fuese, pero Dios a pesar de mi, me regaló un marido maravilloso y unos hijos hermosamente espectaculares que bien sé me aman muchísimo.
Cómo hubiese querido darles motivos de admiración....
Me arrepiento del trato que di a algunas amigas por mi excesiva sinceridad, pero ellas han sido mejores que yo pues han seguido conmigo como mis hermosas amigas y hermanas que son. 
Mi aguijón en la carne creo que he sido y sigo siendo yo misma.
Sheila

Comentarios