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GRUPOS DE GRUPOS

GRUPOS  DE  GRUPOS
  
Hace alrededor de dos años, creé un grupo en WhatsApp de excompañeras del colegio de mi adolescencia. Poco tiempo después formé otro, de otro colegio donde también estudié. Confieso que nunca pensé que éstos iban a crecer de tal manera pues casi sin darme cuenta se fueron agregando una a una mis compañeras de otrora, incluso aquellas que no llegué a conocer para aquel entonces, pero fueron   "recibidas" de mucho agrado con la aprobación de todas. Y así se formaron dos grupos formidables.

Por cierto, como administradora acostumbré buscar la opinión de todas para incluir a alguna otra, (al menos en el otro grupo se respeta eso aún), cosa que en el primer grupo ya no se hace, pero...?!.

Los encuentros, el volvernos a ver juntas después de tantos años fueron hermosos e inolvidables para cada una de nosotras. Hoy en día, la gran mayoría de ellas (casadas, viudas, divorciadas, vueltas a casar, solteras) siguen siendo católicas practicantes. Acoto que en el primer grupo sólo somos tres cristianas evangélicas y en el segundo grupo, solo estoy yo.

Fuí administradora del primer grupo al principio, luego compartí la administración con una de ellas. Pasado el tiempo, por intolerancia tanto de mi parte como de parte del resto (con su silencio hablaron) hube de retirarme de nuevo, y esta vez sí definitivamente. Todo por causa de mi fe, pues es lo que ha traído discordia en este primer grupo. En sus conversaciones, entre otras cosas, hablan de la fe que profesan, hablan de sus creencias, de sus idas  a misa, de sus santos, de sus vírgenes, sus rosarios, la veneración o advocación por alguna virgen en especial en su día, etc., (el pan de cada día de algunas de ellas), y no me molesta en absoluto pues es en lo que creen (y yo una vez también creí), y yo respeto eso ; pero cuando considero que debo hacerles alguna advertencia acerca de "algo" que publican o escriben que definitivamente no es escritural, (es más fuerte que yo, no puedo dejarlas en su ignorancia de lo que dice la Palabra de Dios), se me está prohibido expresar lo que sé es la verdad por las Escrituras, pues se molestan y prácticamente me mandan a "respetarlas" (!?). Sólo aceptan cuando les envío Salmos y/o devocionales bíblicos.

Las puedo entender pues para mi no fue nada sencillo creer en lo que ahora creo al leer las Escrituras (aunque jamás me opuse a escuchar).

En 1.978 si mal no recuerdo, tenía mucha inquietud por saber algo más acerca de ellas. Fui levantada en un hogar netamente católico con todo lo que ello conlleva.

Decidí asistir (ya casada) a un seminario católico en mi propia ciudad en mi búsqueda de conocimiento. Allí surgieron muchas cosas o dudas que merecían al menos una sencilla explicación cuando no podía entender algo, pero jamás me dieron respuesta, me decían que me explicaban luego y eso no me ayudaba para nada.

Allí conocí al Padre Antonio Abella quien más tarde fue párroco de la iglesia San Ramón Nonato. El comenzó a realizar reuniones en diferentes hogares para estudiar la Biblia. Le hacía muchas preguntas pero nunca me respondía, lo dejaba para después, una vez más.

En 1.980 hube de viajar a Kennewick Tri-Citys, Washington, USA, por razones de trabajo de mi esposo. Allá conocí dos pastores y varias personas, pero fue una familia (Ferrás) adventista verdaderamente cristiana y quien prácticamente me dio testimonio de como vive realmente un cristiano. Pero aún así, yo seguía en mi búsqueda. tenía que saber la verdad. Terminé por entender que tenía que ir directamente a Cristo. Así que, una mañana de Abril de ese año, sentada en el sofá de mi sala, y ya cansada de escuchar a medio mundo, comencé a leer las Escrituras comenzando a solas con Dios por el libro de Juan. Confieso que no fue fácil comprenderla, pero yo solo seguía leyendo. Mi conflicto comenzó al llegar a Juan 14:6

-"Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí"....
Fui confrontada.
- "y los judíos?, y los hindúes? Y los musulmanes?".
Me hice muchas preguntas. Continué leyendo dos horas más tarde comenzando por el mismo libro, al llegar al mismo versículo volví a detenerme:

-"¡¿sino es por Él!?, ¿cómo es eso?" .

Esta vez cerré y lancé la bibla contra la pared muy decepcionada, pues el Dios que yo conocía era un Dios de amor y no excluía a nadie.

Recuerdo haberme quedado dormida en el sofá. Al despertar (no cuánto tiempo estuve dormida) lo primero que vi fue la Biblia tirada en el suelo. Horrorizada por lo que había hecho, me levanté y corrí a recogerla, y allí de rodillas recuerdo que hice esta oración :

-"¡Jesús!,!perdóname!, Tu Palabra es la Verdad, yo soy la equivocada porque desconozco mucho de ti, pero ayúdame a entenderte. Mete este libro dentro de para que yo entienda y pueda hacer lo que me pidas".

Yo se que en ese momento yo nací de nuevo.

Desde entonces comenzó la lucha conmigo misma, lo que yo creía desde niña contra lo que la Palabra de Dios me decía que yo debía creer. Fue duro, muy duro, recuerdo que cuando me entraba la duda  "enluchada" pues Jesús no se equivoca y yo si, yo cantaba en voz alta:

Yo creo en ti Señor, yo creo en ti Dios Vivo en mi ser, presente en mi. Si ciegos al mirar, mis ojos no te ven, yo creo en ti Señor, yo creo en ti.

Aún la canto cuando siento tristeza o depresión, o cuando enfrento situaciones perturbadoras.

YO QUE MI REDENTOR VIVE.

Si tan sólo se dispusieran a leer las Escrituras, todas ellas entenderían muchas cosas y al mismísimo Dios Y Padre alegrarían y recibirían las bendiciones de las que habla la Palabra de Dios.

¡Se les quiere un montón!

Sheila. 

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