¿Llevar el apellido de mi esposo?
Ahora se estila y hasta es legal seguir usando el apellido de soltera por asuntos de documentación y demás, pero he visto a muchas jóvenes mujeres llevar el apellido de soltera como si no estuviesen casadas. Aún ante el marido escriben sus apellidos de soltera. Y lo peor es que sus maridos sólo las observan.
Los hijos son importantes en nuestra vida, son el regalo de Dios más preciado que tiene cualquier mujer, cualquier hombre. Solo iría en contra de mi esposo si él fuese en contra de ellos. Pero siempre entendí que mi marido y yo somos una sola carne (Génesis 2:24) (Mateo 19:5). No entiendo cómo es que algunas personas, siendo cristianas se niegan a usar el apellido de casadas, siguen dando mayor énfasis a sus vínculos paternales que a sus cónyuges, y eso es ir en contra de lo que Dios estableció desde el libro de Génesis (dejar a su padre y a su madre y unirse a su pareja.
Emocional, espiritual, profesionalmente la pareja debe ser un solo cuerpo. No debe haber en nuestro vocabulario como pareja matrimonial el “yo”, el “mi” y comenzar a entender que son un solo cuerpo, por tanto, decir tanto el hombre como la mujer a hablar como uno solo que son: "nuestro dinero "nuestra casa “, etc... En 1 de Corintios 7:3-6 dice y se infiere que ya nuestros cuerpos no son nuestros sino de nuestras parejas, igual para con el hombre, pues ya no somos dos sino uno solo. Si los hijos no ven esa unión en sus padres, ellos mismos cometerán el error de vivir de casados como independientes de su conjugue.
No quiere decir esto que abandonaras a tus padres, haz de honrarles mientras estén en este mundo. Igual sucederá con tus parientes más cercanos: tus hermanos. “El amor nunca deja de ser “(1 de Corintios 13:8ª).
De nada vale vivir una cristiandad sino tenemos el amor y la misericordia delante y en nuestros padres con los que nos rodean, para aquellos que decimos amar. A veces éramos queriendo dar lecciones de vida a otras personas cuando lo que ellas necesitan es un abrazo, misericordia y más misericordia.
Siempre oro al Señor por compañías hermosas para mis hijos, que les ayuden a “caminar“y les consideren valiosos e igual ellos hagan con los que aman. El amor es lo principal, el amor es lo esencial.
Si no hay amor, no habrá razones, no habrá comprensión, no estará Cristo dentro del hogar.
Sheila.
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