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EL MUCHO "DORMIR" TRAE  CALAMIDADES

He conocido varones de Dios que me han impactado por todo cuanto han investigado (espiritualizando la palabra mejor digo "escudriñado") acerca de las Escrituras, y de ellos yo he aprendido y mucho; pero también les he visto equivocarse flagrantemente a pesar del conocimiento obtenido, y eso no lo entiendo, de verdad no lo puedo entender. No encuentro razones para justificarlos, ¿pecaron deliberadamente?, ¿que les paso?. Es muy decepcionante darte cuenta por su comportamiento que no eran tan fuertes como lucían. ¿Saben que?, también eso nos sucede a nosotros, los cristianos alguna  vez en la vida. Los errores TODOS los cometemos algunas o muchas veces en nuestro caminar por la vida. Lo que verdaderamente vale es "levantarse" o "volver en si" y corregir el que mal se hizo, pero lamentablemente, la gran mayoría, al ver que les funciona lo que hayan hecho, entonces creen que de Dios vino.
Durante el trayecto de mi vida en Cristo he "tropezado" con personajes que distan mucho de ser lo que creíamos que serían una vez conocidos por nosotros. Pero Cristo explica en sus parábolas que estas situaciones se presentarían y se presentaban aun en el tiempo que nuestro Mesías estuvo aquí en la Tierra en cuerpo presente.
El mismo dijo  en el libro de Juan : "El que quiera hacer la voluntad del Padre sabrá si yo hablo por Dios o hablo por mi propia cuenta" (Juan 7:17). Solo el que de corazón, ante los ojos de Dios, podrá "discernir" en comunión con el Altísimo Dios y Padre si quien nos esta predicando o hablando lo hace de parte de Dios o de su propio corazón carnal  con motivos equivocados muy distantes de lo que quiere nuestro Dios para su amado nuevo pueblo.
Sintiéndose "libres" en Cristo hacen justamente lo que Dios les demanda para su bien, pero lo hacen  a destiempo o a su manera. Son aquellos que "entran" por la puerta ancha  y no por la angosta. Muchos aun no notan la diferencia. Creyéndose "salvos siempre salvos", o apóstoles, o profetas, se convierten en Saulos de Tarso lastimando al propio pueblo de Dios con sus actitudes.
Es esencialmente necesario para nuestra sanidad emocional y  hasta física anhelar hacer siempre la voluntad de Dios en nuestras vidas. No podemos "dormirnos en nuestros laureles", Tiene que ver mucho con la parábola del trigo y la cizaña, cuando por quedarnos "dormidos" dejamos que el enemigo de la obra de Dios se introduzca en nuestros predios y haga estragos. Tiene que ver con las "zorras pequeñas" en nuestras vidas, que son mas peligrosas que cualquier  otra cosa, pues pasan desapercibidas haciéndonos creer que "estamos bien" y vamos por buen camino, y que mas temprano que tarde produce en nosotros un malestar que no acabamos de entender de donde viene y por que. Una  "zorra pequeña" es una tentación desapercibida por el consciente humano muy arraigada a nuestra personalidad. Esta va "carcomiendonos" por dentro hasta debilitarnos como su único y fiel propósito de anularnos y hacernos detener en la obra del Señor. ¿Consecuencias?, dejamos de orar con la frecuencia que antes lo hacíamos, perdemos la animosidad que teníamos para ir a la iglesia, dejamos de leer las Escrituras, ya no escuchamos predicas o lo que es peor: nos limitamos a escuchar lo que otros predican sin escudriñar si lo que dicen es conforme a las mismas. 
Cuidado con lo que escuchamos a otros, si no puedes orar como antes, sigue hablandole a Dios aunque sea con oraciones cortas, como por ejemplo:"Señor, no me dejes seguir en esta condición", "perdóname Señor", "abre mis oídos espirituales", "abrázame Señor, sostenme fuertemente","muéstrame si este hombre habla por ti", etc., pero nunca dejes de hablarle a tu hermoso y supremo Dios de Amor, El no tiene misericordia, EL ES LA MISERICORDIA MISMA. Puedo asegurarte que El te escuchara siempre que le hables y te perdonara y ayudara a "levantarte".
Por aquellos que mal hacen y siguen aun en los púlpitos haciendo tanto daño, pidamos la misericordia de Dios, pero tenemos el derecho legal de parte de Dios de no escucharles mas una vez siendo conocidos o descubiertos. Y hasta de advertir a otros para que no sean llevados como ovejas al matadero.
Sheila.

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