DIOS TE PROTEGE SIEMPRE CON UN PROPÓSITO
Desde muy temprana edad he vivido situaciones que tal vez me hubiesen impedido estar hoy en día escribiendo aquí.
Dios tiene un propósito con cada uno de nosotros, nadie nace por azar aunque así luzca; todos, absolutamente todos tienen una razón del cielo para estar entre los vivos. Si estás leyendo esto hoy, hay un motivo de Dios en ti para hacerlo. Estoy segura de ello.
Tenía yo alrededor de 10 años cuando fui a la parte trasera del patio de mi casa donde mi mama tenia los tendederos de ropa, pero había uno de ellos que estaba doblado hacia abajo. Solo recuerdo que tratando de buscar no se que cosa, me levante con mucho ímpetu y supongo que me golpee con ese tubo, pues "desperté" al rato ( no se cuanto tiempo estuve allí en el suelo). Luego supe que me había desmayado. Tremendo golpe.
Recuerdo también que iba en el bus del colegio asomada por la ventana y jugando con una compañerita que estaba sentada delante de mi. De pronto, ella grito muy fuerte y yo del susto metí mi cabeza para ver que le pasaba, cuando sentí el roce de un poste sobre mi oreja izquierda pues el bus iba pasando con cierta velocidad por una calle muy estrecha. Habia gritado pues vio que el poste me iba a golpear. Me hubiese muerto en el acto de no haber gritado ella.
Alrededor de mis 13 o 15 años me encontraba jugando en una playa privada de mi papa, donde el había puesto una mesa fija en la fondo de la playa y hasta un toldo para estar allí dentro del agua bebiendo con sus amigos y familiares; dicha mesa servía de trampolín para nosotros los muchachos cuando subía la marea. Bueno, creyendo que ya podía zambullirme desde allí, me tire de cabeza. Solo recuerdo que me estaba muy desconcertada cuando sentí la los brazos de mi papá sacando del agua. ¡¡sustooooo!!!. No se como no quede cuadrapléjica. Más o menos a esa edad, montaba caballo con mi hermano en la hacienda de unos amigos de mi hermana mayor. Ya siendo hora de irnos a casa, venía cabalgando junto a mi hermano cuando mi hermana me grita que ya dejaramos los caballos pues ya nos íbamos, voltee para mirarla cuando de pronto me grita "¡¡Cuidado!", mire hacia adelante y solo tuve tiempo de bajar la cabeza. Un cable rozo mi cabeza dándome un jalón hacia atrás. No se como no me partí el cuello con ese cable.
Otro día, ya casada en mi hogar, estaba en la cocina licuando algo cuando se me ocurrió insensatamente meter un cuchillo filoso dentro de la licuadora para empujar hacia adentro lo que la licuadora aún no alcanzaba a licuar, cuando de pronto el cuchillo tocando el fondo, salió disparado hacia afuera pasando cerca de mi cuello. Me asuste ¡¡muchisimo!!!: Agradecí a Dios el haberme guardado.
Ahora que vienen a mi mente todos estos acontecimientos en mi vida, sigo agradeciendole a Dios el haber guardado mi vida. El tiene un proposito en mi. A El le debo todo. Ya dentro de los caminos del Señor he sufrido muchos sinsabores, pero he comprendido que hasta para "ellos" me preparo Dios. Por El canto, por El predico sus buenas nuevas. Por El y para El hoy escribo y escribo.
El me ha preparado este hermoso estilo de vida que no cambio ni cambiaría por nada ni por nadie.
Si tan solo nos acercaremos a Él (como lo dicen las Escrituras creyendo desde el fondo de nuestra alma), y le hablaremos al Padre diciéndole que creemos en su Hijo unigenito Jesus como nuestro único y suficiente Salvador y que de corazón anhelamos entre muy dentro de nuestros corazones para que desde adentro hacia afuera transforme nuestras vidas arrepentidos de nuestra vida pasada sin El, veríamos como El comenzara a tratar contigo y con todos los tuyos. Es un vida maravillosa la vida en Cristo Jesús.
Sheila.
Comentarios
Publicar un comentario